Bangkok fue sin duda alguna la capital más mágica que he visto nunca. Nada más llegue se notaba como si estuviera en otro mundo. No era como en Phuket que no había coches ni normas, todo tuktuks y mini buses, sino que era una ciudad super estructurada y calles de 4 carriles. Yo me hospedaba en un piso 40 y se veía desde el hotel a la gente como hormigas cuando cruzaban los pasos de cebra, era como si estuviera en otro mudo.
Quitando como era urbanísticamente la ciudad, lo que fue lo más bonito de ver fueron sin duda sus monumentos. Los monuimentos más impactantes fueron sin duda el Gran Palacio, un lugar impresionante por su arquitectura dorada y el famoso Wat Phra Kaew, hogar del Buda Esmeralda. Además, es famoso el Wat Pho, por el gigante Buda Reclinado. El centro de la ciudad ha perdido muchos monumentos por las construcciones pero se puede seguir viendo la cultura en el famoso Chinatown (Yaowarat Road).
Por último en Khao San Road, se encuentra una de las calles más conocidas por todo tipo de cosas que te puedes encontrar. Siempre que vayas va a estar llena de música, mochileros, restaurantes, artistas o incluso gente loca desnuda por ahí. Fue una locura ver ese ambiente porque en España no hay nada parecido y por eso si quieres vivir una experiencia única debes ir.
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