Mis dos semanas en Phuket y Bangkok fueron absolutamente inolvidables. Aunque me encantaría haberme quedado más tiempo, esos días estuvieron llenos de aventuras y momentos especiales. Ir con mi familia hizo que todo fuera aún más divertido.
Desde el momento en que llegamos a Phuket, las playas de aguas turquesas y arenas blancas parecían sacadas de un sueño. Pasar el día haciendo snorkel, y luego relajarnos en la playa, fue una experiencia increíble. La hospitalidad de la gente local era asombrosa ya que me acuerdo que todos eran muy amables y estaban dispuestos a ayudarnos en todo momento.
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En Bangkok, por otro lado, podíamos ver sus vibrantes calles y templos históricos los cuales nos permitieron saber más de la cultura local, probar comidas deliciosas y crear recuerdos únicos. Visitamos grandes monumentos antes mencionados y fueron realmente un choque de culturas y era impresionante la belleza de toda su cultura y calles.
En el viaje, la oportunidad de compartir estas experiencias con mi familia hizo que todo fuera aún más especial. Descubrir lugares nuevos y crear recuerdos inolvidables fue verdaderamente valioso. Me encantaría volver algún día y seguir descubriendo más de lo que Tailandia tiene para ofrecer, pero de lo poco que he visto, os recomiendo sin duda alguna ir a visitar.
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